Las actividades presenciales del encuentro no se harán debido al terremoto que azotó Chile, donde iba a tener lugar. Los organizadores decidieron subir los discursos y ponencias de los especialistas a la web, pero el sabor amargo persiste.
La tristeza no tiene fin en la “patria de los sueños”, como llamó Neruda a Valparaíso, y en todo el territorio chileno, tan fibroso y vulnerable a la furia indómita de la Madre Tierra. Los escombros desparramados sobre las butacas de la sala principal de la Universidad Técnica Federico Santa María, donde se inauguraría hoy el V Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), son un doloroso cross a la retina de los espectadores del mundo. La patria hablada y escrita de la lengua de 440 millones de personas está más viva que nunca, pero herida. Ante las imágenes de la tragedia, las palabras, moléculas constitutivas de tantos seres, se desmoronan también al intentar alcanzar un sentido que perfore los caprichos de la naturaleza. Después del terremoto que sacudió al país el sábado pasado, los organizadores del CILE, la Real Academia Española (RAE), el Instituto Cervantes (IC), la Asociación de Academias de la Lengua Española (AALE) y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile han decidido dar por el celebrado el encuentro y colgar los discursos y ponencias de los especialistas en la página web www.congresodelalengua.cl. Aunque presas también de los movimientos telúricos, las nuevas tecnologías establecen por primera vez la modalidad “virtual” como valioso atajo frente a la imposibilidad de concretar la “gran fiesta de la lengua”, justo cuando el anfitrión celebra su Bicentenario. “Chile se merecía este congreso. Había hecho un gran esfuerzo y trabajado muy duro, y hemos querido devolvérselo, como una forma de agradecimiento”, dijo Carmen Caffarel, directora del IC, desde Santiago.
Por Silvina Friera.
Leer el artículo completo en Página 12.
La tristeza no tiene fin en la “patria de los sueños”, como llamó Neruda a Valparaíso, y en todo el territorio chileno, tan fibroso y vulnerable a la furia indómita de la Madre Tierra. Los escombros desparramados sobre las butacas de la sala principal de la Universidad Técnica Federico Santa María, donde se inauguraría hoy el V Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE), son un doloroso cross a la retina de los espectadores del mundo. La patria hablada y escrita de la lengua de 440 millones de personas está más viva que nunca, pero herida. Ante las imágenes de la tragedia, las palabras, moléculas constitutivas de tantos seres, se desmoronan también al intentar alcanzar un sentido que perfore los caprichos de la naturaleza. Después del terremoto que sacudió al país el sábado pasado, los organizadores del CILE, la Real Academia Española (RAE), el Instituto Cervantes (IC), la Asociación de Academias de la Lengua Española (AALE) y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile han decidido dar por el celebrado el encuentro y colgar los discursos y ponencias de los especialistas en la página web www.congresodelalengua.cl. Aunque presas también de los movimientos telúricos, las nuevas tecnologías establecen por primera vez la modalidad “virtual” como valioso atajo frente a la imposibilidad de concretar la “gran fiesta de la lengua”, justo cuando el anfitrión celebra su Bicentenario. “Chile se merecía este congreso. Había hecho un gran esfuerzo y trabajado muy duro, y hemos querido devolvérselo, como una forma de agradecimiento”, dijo Carmen Caffarel, directora del IC, desde Santiago.
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